La risa de cada mañana

poema de LaGolondrina

En la mejor almohada despierta
un niño que reclama
- soñolientos los ojos lleva -
el beso de cada mañana.

Insiste en su llanto
- gritos, uñas, diente -
agudiza pronto el canto
que a su madre vierte.

Lentamente eleva el cuello
y nota una mejilla ardiente
apoyando con instinto fiero
la cabeza contra su vientre.

Agua roza la frente del niño.
Salada. Caliente.
Del color del otoño.
La criatura teme que no despierte.

Gatea por sus senos
agarrándose por donde puede
con voraz ímpetu y deseo.
Pero, hoy mama no se remueve.

El pánico inunda sus labios
que callados enmudecen.
Balbucea maldiciones y hechizos
que ni conoce, ni entiende.

El beso tan ansiado
de su boca hoy no viene.
Y el niño que no desiste,
lucha, pues lo quiere.

La batalla no termina
- mareados los ojos tiene-
deja al destino la dicha,
y a cerrarlos vuelve.

Una cortina se desliza
suave y prudentemente,
llenando así el silencio
con las voces lejanas de la gente.

Entreabre ahora el párpado
quien presumía de sueño antes,
para ver su dulce y joven amado
dormido entre sus carnes.

En la mejor almohada despierta
una mujer que reclama
- soñolientos los ojos lleva -
su risa de cada mañana.

- LaGolondrina -