EL INSONDABLE REINO DE LAS PESADILLAS

poema de El mago poeta

La voz helada, primitiva
cruje en la bruma fantasmal.
Acaso el Diablo se ha hecho carne,
acaso un alma ha de penar.

El justo incordia a su verdugo,
y calla a gritos su dolor.
En ruinas blande sus demonios:
su vid la muerte ha de probar.

La niebla vela tras las sombras,
flotando en negro sepulcral.
El fuego danza sobre el Hades:
la Bestia engulle al pecador.

En el ocaso el ciclón ruge;
la barca ondea en altamar,
que rauda surca entre las olas
vestida en olmo y mustio azul.

La ninfa invoca a su consorte;
clama saciar su amarga sed.
El ojo oculto en la enramada
contempla en rojo al leviatán.

Las huestes reptan en la fronda,
las balas besan el vergel.
Un haz de plomo abre sus venas:
un rayo artero al corazón.

La brisa silva en los cristales,
trémulo el bardo en lobreguez.
De noche rondan los fantasmas,
los duendes ríen sin cesar.

La pira ardiente abraza al mártir,
cautivo en sordo crepitar.
El canto fúnebre del viento
derrama gotas de pesar.

En el crepúsculo ominoso
la faz siniestra ha de beber
el néctar dulce de una virgen;
su cuello el cáliz: ¡vil festín!

(…y en fugaz rapto de osadía, un pequeño demonio escapa de aquel reino inescrutable, irracional, sombrío; ése que nos suele gobernar en las noches febriles, bañadas en sudor glacial, y nos somete a su cruel tiranía, cruzando la frontera de lo etéreo, tomando forma de animal fatal…)

Del microcosmos brota un grano,
semilla oscura, flor del mal,
cuya corona envenenada
porta la plaga: ¡hiel voraz!

(…y en el próximo nanosegundo de la escala cósmica, esta rabiosa alimaña habrá de ser conjurada, vencida por la grandeza de los hombres, y habrá de regresar a sus vastos y nefandos dominios, de donde nunca debió haber salido, maldita ave negra…)
Música: Night of the wolf de Nox Arcana

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