Querida existencia

poema de D.G. Falls

¡Oh, querida existencia!
¿Hasta que punto me seguirás demostrando que el dúctil del vuelo de un pájaro es incluso más prodigioso que el ala de un avión?
Seguiré yo pues, desvaneciéndome en las ideas insignificantes de mi mente,
Hasta que me reproche todo y tú;
Con el resplandor del astro, me calientes los miembros con el simple hecho de acercarlo,
Demostrándome así, que la identidad y la estancia de la vida son más que suficientes
Para valorizarlo todo.
Porque lo es el bosque con el chirrido errante de los ríos,
El murmullo del ciervo y los filamentos de las redes de la araña,
El roído de la ardilla, la lamida del lobo, y el silencio del reno.
Lo llevan las mujeres en el brillo oculto de sus ojos, en la suavidad de sus cabelleras,
Y en la fertilidad de sus vientres.
Yo mismo lo encuentro en mí;
Dentro de las alucinaciones que mantengo y en donde formo parte de un círculo,
En donde creo que mis pobres trabajos pueden enorgullecer al mismísimo Withman,
Al excéntrico Wilde, y al triste Poe.
Donde imagino que mis historias harían llorar a Anne y a su esposo Stan, y mi poesía podría inspirar a Collier a pintar.
Así yo entonces, hallaré similitud en las rociadas flores con mis mejillas cubiertas de lágrimas,
Donde una vez,
También me acarició la mano de una doncella como lo hizo el viento con una
De las suyas invisibles.
Voy a evadir los años inútiles, las ciudades de necios,
Los aborígenes de la discrepancia y la censura.
Crearé pues mi pequeño verso, mi querida línea,
Que aporte, Aunque sea,
Una rotación más, una escena más,
Y el poderoso drama continúe diciendo:
«Estás aquí, eres tú con tus errores y virtudes.
Tú con tus manías y obsesiones,
Eres tú dentro de tu poesía, de tus impulsos y placeres.
Existes, eres bueno y malvado,
Eres puro e impuro.
Llevas el milagro y la maldición.
Llevas a Dios y constantemente luchas contra el diablo,
Construiste tu castillo en los cimientos de la tierra y la rociaste con tu semilla
Espera a recoger los frutos, y enséñale la vida,
Porque el brote del rizo de la noche baila al compás
De las melodías oscuras, y encuentra belleza del árbol caído
Del cual es posible hacer leña.
Toma nota de las estrellas y bebé jugo del huerto, y su padre le enseña,
Porque la escena continúa y la historia toma otro protagonista.»

Comentarios & Opiniones

Persona

Me gusta cuando empiezas a hablar directamente de ti, se siente muy honesto.

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D.G. Falls

Gracias, amigo mío

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Km7

Hermoso trabajo. Saludos Cordiales colega :)

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D.G. Falls

Km7 gracias hermano de tierra, saludos.

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El Duque De La Rosa Blanca

Muy interesante escrito, plasma mucho que hablar de ti.
Me gusta este estilo tuyo, me atrapa la lectura de este poema.
Saludos cordiales y muchas bendiciones para ti y tu familia!!!
P.d:te quedó súper maravilloso.

Critica: 
D.G. Falls

El Duque de la Rosa Blanca, amigo mío, aprecio vuestra visita a mi espacio. Sigo deseando leer tus nuevos trabajos, tienes un aura interesante en cada escrito, y una creatividad casi palpable. Explota ese talento que posees, y nunca te detengas.

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