Muestra de Fe

¿Cómo te explico que el cielo contiene cualquier respuesta?
Y
¿Qué el polluelo comprende lo que es la vida al romper el cascaron?
Puedo yo, siquiera,
¿Imaginar a Dios correr conmigo bajo la luz leve de las estrellas?
No, querida.
No puedo secar tus lágrimas con las mentiras de la seda,
Tampoco recogerlas con los cuencos de barro de las necesidades
Abstractas.
Mantengo la llama con el influjo incoloro de los pensamientos,
Y mojo mis labios con las migajas del arte.
Pero, no puedo salvarte,
Sólo puedo inmolar tus penas en la sagrada verdad del cuerpo
Mientras nos elevamos en el influjo de lo incierto.
Porque sí fuera yo más que un grano de arena en la bastedad del desierto árido,
No vería con estos ojos de agua y glutinosa carne,
El mundo en su completa magnificencia.
Yo no necesito credos, ni salmos, ni milagros.
Porque cuando el sol me ilumina con su magistral luz,
Encuentro los portentos suficientes para
Conocer que el milagro son tus hombros desnudos,
Mujer,
Y que Dios existe hasta en la más burda de las alimañas.
Porque cuando el núcleo se expandió,
Y los azares se liberaron,
Cada partícula que pulula en el cosmos,
No es más que una muestra de fe.