Dudas

Las asfaltadas calles se tienden interminables, rectas duermen sobre el vetusto suelo y bajo el cobijo de las brillantes luces, ellas, también brillan.

Se volvió común. La noche viene y con ella la tristeza, ¿será que nunca se irá, será acaso que la soledad se arraigo con tal fiereza que quitarla se volvió imposible?

Los sueños mágicos, que en tiempos idos, con dulzura ardieron, hoy, murieron.

¿será que amé?, tal vez sólo fui víctima de una ilusión perniciosa, que esquizofrénica vivió y con la llegada de una momentánea cordura cayó en desvelo, expuso su falsedad y dejó un amargo sabor, amargo como esos brebajes nocturnos y licorosos que tratan de traer el olvido, pero el olvido nunca llega…

¿Y entonces que, que sigue, que hay más allá de la rutina?

Tal vez la felicidad exista ficticiamente solo en Omela.

Tal vez el amor sea solo propio y genuino de la escritura…

¡Oh maldita duda!, márchate. Márchate y recoge en tu ida las penas mías que contigo vienen, no olvides uno, ni uno de tus pares penumbrosos que socaban hondo y doloroso, precursores de lágrimas pesadas y saladas y ominosas que se niegan a dejar de brotar.