El alma y yo

En la corta vida que he tenido,
cosas que sucedieron... contigo.
Vidas unidas, como almas gemelas,
todo lo que he vivido...contigo.
Recuerdos, después de la muerte.
Yo muerto bajo tierra me dispongo a relatar,
desde la tumba con interés y amplia bondad...
En el pasado amor fugaz encontré en mi camino,
envuelto en la más pura sensualidad,
me dominó por completo.
Él me dominó por completo.
Miradas cambiantes, un latente corazón.
Diferentes líneas que se han cruzado,
dulces palabras que ablandaron mi corazón.
Me hiciste sentir como un ángel, y volé...
¡Qué bonito es recordar con la mente!,
y la mente hace a los recuerdos volar...
Tiempo pasó, amenazando con el trágico futuro...
Felices éramos los dos, cual florecillas en un campo de primavera.
Bajo la lluvia, dos gotas que se fundían y formaban el gran corazón,
el corazón del agua...
Fuerte viento que soplaba en nuestros rostros,
inocentes ante el peligro.
En casa, tu casa, nuestra casa,
juntos tú y yo, alimentando este gran corazón.
Manos entrelazadas, aún las siento...
Aquí en la tumba el frío es triste,
mi cuerpo yacente lo siente, y lo sentirá por siempre.
Querido amigo mío que tu eras,
labios de caramelo que ablandan al más duro corazón.
Estás lejos, te acercas, te acercas más... Me estás tocando.
Pero el destino es malvado.
Inminente explosión, que acabó con nuestro palpitar.
Recuerdos tengo, recuerdos en llamas.
El fuego se introducía poco a poco en nuestros débiles cuerpos,
tú y yo fuimos víctimas, víctimas...
Hemos caído en la oscuridad total.
Fuego ardiente, que nos quemó el alma.
Miraba a mi alrededor, espanto en mi rostro,
te miraba a ti, dolorido pronunciando débiles pero claras palabras.
Tú y yo...
Me devolvías la mirada, querido amigo mío, con los labios fogosos.
Tú y yo...
El tiempo es poderoso y lo quema todo... Nos quemó a los dos.
Muerto sigo en la tumba, con gran interés y suma bondad.
La ayuda llegó a nosotros, pero el fuego llegó primero... Fatal final.
Juntos nos hemos quemado, juntos nos hemos muerto.
No siento tu palpitar, amigo mío... Tú y yo.
Nos sacaron de aquel infierno.
Nuestra piel sufría, y sufría...
Estoy llorando en silencio, junto a ti.
Somos dos almas sin cuerpo,
que vagan entre los escombros.
De tu mano fuertemente sujeto estoy,
contemplando con suma tristeza.
veo mi cuerpo dolorido, yacente, roto.
Estás junto a mí, a mi lado, te siento.
Dos cuerpos juntos que se abrazan en la muerte,
sus almas observan tristes...
Solos estamos, amigo mío.
El alma pura vuela por siempre,
el alma triste es presa de la oscuridad.
Vuela, amigo mío, hacia lo más alto.
Conviértete en una estrella, para que pueda verte.
Yo muerto me encuentro,
la tumba fría me envuelve.
Contemplo la estrella que me guía en la oscuridad.
En la corta vida que he tenido,
esto sucedió, contigo amigo mío.
Relato de dos almas, una de ellas es una estrella.
La otra la observa desde la tumba.
Tú, amigo mío, y yo...