LA CHICA DEL JARDÍN.

Tranquilamente paseas por los rincones de fango,
Te acostumbras a revelar tus faldas de amor,
Sofocante encuentras el aire de miradas copulares
Y resuenan en tus cabellos canciones de caricias perdidas.
Te lastiman las manos perversas de ancianos,
Pero te fascina encender el fuego abrumador de Afrodita
¿Qué puedes hacer contra el subir del cielo acalorado?
Que te proteja el infinito de amores románticos,
Dejándote inmune a poetas con ansias del Absoluto.
Camina sin preocupaciones por las sendas del deseo,
Sacrificando lo sublime por un momento de placer.