El despertador.

Algunas veces cuando suena el despertador y los sueños se detiene para luego desaparecer de golpe, maldigo a mi falta de coraje porque al abrir los ojos no eres tú lo primero que veo a mi lado y mucho menos lo primero que siento. ya me he cansado de abrazar la almohada y morderla imaginando que son tus hombros cada noche, de repasar las constelaciones en busca de alguna estrella fugaz para que de una vez por todas me cumpla el jodido deseo de no separarnos, y hasta el cielo se ríe de mi cuando lo miro, además ya lo he comprendido, por mucho que quieras algo o alguien y decidas desviarte para hacerte con eso o con ella (en mi caso) siempre aparecerá el destino para meterte un golpe de frente y decirte -¡Vaya que eres idiota!.
¿Y que si lo soy?, ¿y que si me encanta hacerme uno con mi agonía y saltar al precipicio cada vez que veo un corazón latir en el fondo de este?
Eso me gustaría responderle, pero solo asiento cabizbajo mirando y contando todas aquellas heridas pecho adentro, y entonces dudo, dudo de todo lo que sería si no fuéramos nosotros, si valdría la pena seguir, si por una vez él” te lo dije” de ciertas bocas regresara a sus oscuras entrañas y se ahogara en su gélido veneno.
Y como por arte de magia (blanca o negra, no me importa) se me cae el concreto de la mirada y como dos brújulas que señalan la dirección correcta que en tu caso es el este porque el sol nace donde termina tu sonrisa, apareces corriendo y el resto del mundo parece detenerse al roce de tus pies, como si estos llevaran calma en cada paso que dieran, como si sometieras al tiempo entre las piernas y no pareciera acabar, y tampoco quisiera.
Solo entonces, sé que estoy a salvo de lúgubres letras y la ceniza de todos los poemas que no he escrito, porque tu piel no me los ha contado aun, y debo confesarte que me encantan los “continuara” entre sabanas y besos, entre orgasmos y el interminable infinito de tu espalda
Es así como te evoco entre versos, y antes de volver a posarme en el confortable vacío de la noche, apago el despertador.