Tu recuerdo

En una noche como esta ella estuvo conmigo.
Cielo luminoso y sin manchas.
La abrazaba como a mi alma. Mis brazos se fundían en su espalda.
El pasto que sostenía nuestros cuerpos parecía masajear nuestro amor.
La brisa rozaba sus cabellos y en cada uno yo lograba ver como no había tiempo.
Aquella noche nuestros labios no parecían tener fin ni comisura.
Besábamos incluso el vacío de la separación.

Esta noche su recuerdo me sobrevino.
Bastó una estrella y su silueta me invadió.
Camino solitariamente por aquellos pastos que se alegraban junto a nosotros.
Hoy yacen amarillos y oscuros.
La brisa que solía ser atemporal está llena de sentido; siento la incertidumbre del tiempo.
Mi alma busca desesperada sus brazos y esta noche reclama huir de mi.
La extraño tanto que vuelvo a nuestros lugares. Que basta la luna para recordarla.

Buscaré un cielo abochornado o dejaré que mi alma me deje. El olvido es cosa de Dioses. La muerte del cuerpo es cosa de hombres.