Domingo

La ropa en el piso,
Y el corazón despierto,
El alma en ayunas,
Gritándole al tiempo.

Una sonrisa eterna,
Y cantos que me regaló la vida
Caricias que duraron horas,
Y las ganas de llamarte “mía.”

Palabras que cortan y sangran,
Un sueño que ya está herido,
Somos siempre iguales, siempre,
Aunque nunca seamos los mismos.

La ropa en el piso,
Tus manos, mi cama,
El alma en ayunas,
Y la luna apagada.

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