A ella siempre la recordaba

poema de Naiamok

Aquella madrugada en el hospital me tocó cuidar de un abuelo, quise retener toda anécdota bonita, por si algún día no lo volviese a ver, y plasmarlo en un verso que no hablase más del amor, el que no me tengo, el que no encuentro y el que me niego aceptar de alguien más. Me observó detenida y silenciosamente, me preguntó acerca de mi vida, del por qué estoy cuidando hoy de él, del por qué no está algún familiar, algún nieto en mi lugar. Por segundos se olvida de todo aquello y me vuelve a recalcar, espero que estés con alguien que te quiera en verdad, le regalo una media sonrisa, mientras pienso que no, no tengo quién me busque después y me reciba con un beso preguntando cómo me fue, ni nadie que me envíe mensajes porque sí cada tanto o que simplemente esté allí para mí.

Podría decirle que sólo te tengo en mis pensamientos, pienso en vos, sólo en vos y en nadie más que no seas vos.

Te amé con todas las pocas neuronas que dispongo y en cada cosa aún te tengo en cuenta.

Me deshago de todo pensamiento, mientras escucho su voz, me comenta lo enamorado que está de su esposa y en lo mucho que la extraña, lleva días en el hospital y su esposa en la casa, pero por más que de vez en cuando se olvide de todo, de ella no lo hace.

Debo aspirar a un amor tan lindo como ese.