Ahorca a la princesa

Sufre doncella, sufre, desde la galaxia minimalista de tu ventana
Sufre doncella.
Porque duerme sobre rosas, sobre suspiros sofocados en silencio.
Sufre doncella.
Tu príncipe te espera abajo, con su espada palpitante en gallardía.
Sufre doncella.
Atrapada en tu jaula de alelíes, silenciada en un canónico susurro.
Sufre doncella.
Porque los pasos resuenan, resuenan por los escalones de cristal.
Sufre doncella.
Ante la felicidad prometida, y el caballero engalanado de tupís.
Duerme doncella.
Duerme princesa, duerme, que no sean testigos tus ojos del final.
Duerme princesa.
El arma del príncipe no es cayado, sino lanza dirigida al corazón.
Duerme princesa.
Las heridas no sangran algodón, huelen a metal y arden carmesí.
Duerme princesa.
Que la seda blanca te adorne el cuello.
Duerme princesa.
No abras tus ojos al traidor.
Duerme princesa.
Respira sin dolor.
Duerme princesa.
Duerme.