HASTA QUE LA MUERTE NOS SEPARE: CARTA A FELIPE I 'EL HERMOSO' DE DOÑA JUANA I DE CASTILLA

poema de Angelisia

Ni en décadas ni decenios he dejado de sentir tu huidiza mirada y tras ella la llama de tu fútil amor. Los pasillos secretos siguen inundados con tu perfume, ese aroma que secuestra mi alma y hace que se arremoline dando mil vueltas hasta no dejarla escapar, no consigo respirar y hasta me ha llevado a cometer atrocidades de las que ahora siento un gran desasosiego.

Me arrincono por las calles, pensando que algún día volverás a encontrarte conmigo. La muerte ya no me aterra, ni siquiera me altera, puesto que ella es la única que me sigue a todos lados, después de que los hombres en mi vida uno a uno se fueron alejando.

Ese día en que nos vimos, la primera vez que se posaron mis ojos sobre los tuyos, se produjo un eclipse en mi pecho difícil de expresar. Se apagaron mis virtudes, se desvelaron mis temores, se apiñaron en mi cabeza toda suerte de desdichas por miedo a perderte.

Desvelada por la incertidumbre cuando me dejaste completamente sola, decidí escapar de la realidad apabullante, inventé mi nuevo ser, siempre a tu lado viajé y nunca de tu vera me separé. Solo aquellos que más me odiaron, han hecho lo posible por arrancarnos el uno del otro.

El verdadero Dios que está en el cielo, sabe de mis penurias y asechanzas. Sabrá en cierto momento, cuando llegue la hora, atenuar mis dolencias escuchar mis quejas y me dejará por fin descansar bajo su manto siempre con los ojos puestos en tu bello rostro.

Ni la soledad más crítica y dura han solapado mi tendencia a adorarte. No he dejado que la sombra de esta lúgubre habitación asolara en mi corazón el incandescente amor que te profeso.

Allá donde estés, encontraré el camino infinito hasta el recoveco donde te encuentres. Dime que no has olvidado nuestros lugares preferidos, nuestros momentos de sosiego, dime vida mía, ¿donde inclinaremos las cabezas para descansar allá donde nos encontremos? ¿vendrán las estrellas a nuestro encuentro cuando nos demos las manos para profesarnos amor eterno?

Todo esto se lo preguntaré al sol que es el único que sabe donde me escondo, donde habita mi corazón y donde está presa mi alma desde tiempos inmemorables. Nos han bastado tan solo cuarenta y siete años para reconciliarnos en el silencio de nuestra propia locura, en el vacío de nuestros celos, en la sin razón de la realidad que me ha rodeado toda mi vida.

Espérame a las puertas del cielo, aguárdame con una rosa en la mano, mano que quiero besar y estrechar entre mis labios para que nunca jamás puedas volver a marchar.

Juana I de Castilla, Reina propietaria de la corona de Castilla.

Comentarios & Opiniones

Poeta Paquidermo

Un bello escrito, cristalino!!! sin embargo no cualquiera comprende y siente la profundidad del mismo!! muy bello, te dejo estrellas y saludos fraternos!

Critica: 
Silvia

Que delicia de texto! Excelente felicitaciónes y feliz dia.saludos cordiales.

Critica: 
Aura de Ipanema

Más que una carta, una vida y lo que inicia después de ella.

Te abrazo desde Ciudad de México, esperando tu nuevas letras...

Critica: 
Jesuito

Está genial! :)

Critica: 
AX

Ojalá y la gente escribiera cartas expresando lo que verdaderamente siente desde el corazón...como este poema saludos y abrazos de mexico

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