Atziry y la orquídea

poema de puga

Atziry, de ojos como estrellas,
conquistó el corazón de Aldo,
un amor que el cielo sella,
un lazo fuerte, nunca saldo.

"Te amo", le dijo con ternura,
"mi amor eterno, sin clausura",
compartiendo el mismo cielo,
unidos por un mismo anhelo.

Las estrellas, reflejo de su mirada,
brillan con la luz de su alma enamorada,
un amor que florece como una orquídea,
un regalo que Aldo le entrega con creencia.

"Mi amor estará contigo",
le susurró con voz de amigo,
"hasta que te olvides de la flor",
un símbolo de un amor sin rencor.

Atziry, con la orquídea en su mano,
siente el calor de un amor sano,
un amor que desafía el tiempo,
un sentimiento que no tiene lejano.

En sus ojos, las estrellas brillan,
un reflejo del amor que la hechiza,
un amor que Aldo le regala,
una pasión que nunca se apaga.