Inspiración inversa.

Yo siento que el poema,
viene de imaginarios
lugares de neón,
de cumbres y de osarios.

Y no de cotidianas remesas del establo,
con sus gestos de siempre en la certeza,
de otras cosas les hablo,
de un árbol que no existe, frotando su corteza.

Porque la realidad se nutre de lo inédito,
aunque no des más crédito,
a los asnos de toda esta vigilia,
con sus marasmos rotos y su penosa filia.

Aquello que llamados realidad es un boceto,
de lo que nunca está entre nuestros labios,
ni en estas latitudes de lo prieto,
ni en miles de explosiones o astrolabios.

Inverso a lo que acaso te pensaste,
se nutre de lo insólito lo que nos esperamos,
que tiene sus dictámenes y estamos
en la reversa efímera de lo que fracasaste.