La nuit qui est éternelle ✨

poema de Mary Woodburn

Silba la luna una canción para mis oídos,
y veo la noche aproximarse como una capa.

Arroparme, el pasatiempo de las estaciones,
que anochecen para mí con el mismo aroma.

Introducirme por la callecita que divide el valle,
con los pies desnudos y cubiertos de guijarros.

Que sea en la oscuridad al pie del bosque quieto,
donde mis ojos reposen y mi corazón se duerma.

Una paloma canta en un pueblo iluminado,
y el sonido me llega como a través de las tinieblas.

Esta noche leeré un puñado de poemas,
que adornen de letras a mi música de campanas.

Invocando a Elizabeth Browning,
recitaré un sortilegio para la noche eterna.

"De mi cabello nunca di un rizo
a ningún hombre, amado mío, salvo el que te ofrezco ahora y,
pensativamente, en toda su largura sombría,
voy ciñendo en torno a mis dedos".