CAMARADAS

Cómo ha pasado el tiempo en su fugaz carrera,
Dejando huellas profundas en nuestro corazón,
Muchos de los proyectos se hicieron realidad
Y otros, que lástima se quedaron en quimera
Como la única verdad de nuestra lucida razón.
Nos empiezan a llamar viejos con un poco de ternura,
Cabellos con brillantes canas que delatan nuestra edad,
No importa somos padres, y abuelos con dulzura,
Y la entereza de los años juveniles es ahora bondad.
En el orden de la vida nos titulan adultos mayores,
En el ayer se quedan los recuerdos como despojos,
El pasado será el orgullo de que fuimos los mejores,
Como amigos, conscriptos e inquietos soñadores.
La historia se colmará de leyendas y citas verdaderas
Nuestras fotos estarán estáticas en algún álbum familiar,
Hemos cumplido las primeras sesenta y cinco primaveras,
Y si Dios lo quiere, nos apuntamos al siglo para celebrar.
Ahora nuestro espíritu se encuentra más renovado,
Los años no deslucirán nunca las apacibles ilusiones
Quizá la azabache cabellera esta tornándose plateado
Pero seguiremos dando guerra en nuestras acciones.
Amigos del glorioso Yaguachi,! qué tiempos aquellos!
Jóvenes altivos, invencibles, ávidos de servir a la nación,
El abrazo fraterno vive en este poema de recuerdos,
Y que la unidad perdure siempre en nuestro corazón.
Y si las trompetas entonan la cruel e inevitable retirada,
No se olviden Viejos camaradas, que en edén o averno,
Estaremos listos y equipados para cumplir otra jornada
Y juntos haremos una nueva y feliz conscripción.