Madre

En mi vida, un faro de ternura y amor,
Mi madre, una mujer de belleza singular,
Su alma de poeta brilla con esplendor,
En cada verso que compone al suspirar.
Sus ojos, dos estrellas en el firmamento,
Reflejan la belleza de su ser profundo,
En su mirada, un rincón de sentimiento,
Donde el amor y el arte hacen su mundo.
Su cabello, una cascada de sueños dorados,
Fluye con elegancia, como verso libre,
Cada hebra, un pensamiento enredado,
Que al viento de la vida, se entrega y vibra.
Ella es un jardín de palabras florecientes,
Cultiva versos en la tierra de su alma,
Su poesía es un río, siempre corriente,
Que en sus manos, encuentra paz y calma.
Con su pluma, crea mundos y emociones,
Sus versos son un canto al universo,
Un regalo de luz, de profundas canciones,
Que en su voz, despiertan un eco diverso.
En su sonrisa, la dulzura se despliega,
En su mirada, la sabiduría brilla,
En su cabello, la historia se protege,
En su presencia, el amor se siente y brilla.
En cada gesto, en cada abrazo sincero,
Descubro el don de su alma hermosa,
Una madre que ha sido mi faro entero,
Y me ha guiado en la vida, paso a paso.
En sus ojos, veo el brillo de su alma,
En su cabello, la historia de sus sueños,
A ti, madre querida, en esta calma,
Te dedico este verso con cariño y empeño.
En tu belleza, en tu poesía divina,
En tu mirada y cabello, un regalo,
Con amor eterno, mi alma se inclina,
A rendir homenaje a tu ser tan regalo.
Eres la musa que inspira mis versos,
La estrella que guía mi camino incierto,
En tus ojos, encuentro tesoros inmersos,
Y en tu alma de poeta, un amor cierto.
Así, madre mía, en este poema largo,
Rindo tributo a tu belleza y poesía,
Eres un faro en mi vida, un regalo amargo,
Que atesoro con gratitud y alegría.
Que tu mirada siga siendo mi guía,
Que tu cabello sea un abrazo en la brisa,
Gracias, madre querida, por ser mi poesía,
Por ser mi luz en la noche y mi sonrisa.
Autor Adriel Garcia hijo