PERLA DE LOS ANDES

Atravesar uno de los picos más altos del Perú: Ticlio,
y enrumbarse hacia la “Perla de los Andes”, Tarma,
es como avanzar y dejar las sombras de la gris Lima
con todo su verano…
Si la luz fuera como estos paisajes llenos de vida,
como deseos bien pensados,
como si tuviéramos siempre aquello que anhelamos tener, a plenitud,
con las nubes dibujadas cual Da Vinci,
y el sol iluminado cual brillante…
Ya no nos faltaría un gramo de sonrisa,
ni un milímetro de rictus,
ni mucho menos el salto apresurado de un segundo
o el escalón perdido sin sentido…
Ya no nos faltaría ni sería indispensable ningún mundo de cemento,
para saber que algo sirve, algo vale;
que no se tiene por sólo tener,
atesorar, codiciar, guardar, presumir;
que no se quiere por sólo querer, poseer…
Que no se entiende la vida si no se va al encuentro de estos parajes,
de estos misterios,
de estos hombres de acero inoxidable,
de estos discípulos de Dios,
de estos pueblos olvidados por el olvido,
de estos amaneceres con la sombra alargada de la vida…

POEMÁTRIX, JCR, Tarma, febrero de 2024