Un Cierto Abismo

poema de Antonio Liz

Bienvenida sea la naturaleza, aquella culpable de mi aliento, mi razón y sentimiento. Un día entenderé aquel azote, injusto reclamo de mis errores. Que sean mis confesiones, que me lleven cerca de aquella perfección, nombre, sin apellido, cruz de sacrificio, espíritu vivo.

Camino recto, y sugiero que entiendo lo correcto, el triunfo se sienta en mí, una miniatura de brillo que cae en mi nariz. Corbata apagada, zapatos descoloridos, involucrados en aquellos recuerdos.

Lazo rosado, y cachetes de sabor a frambuesa, le decía la niña, la amiga, y el amor de mi vida. Dueña de aquella mecedora, signo de terraza, autora del aire fresco, coleccionista de canas, que ahora se mueve sola.

Si fuera por mí, gravemente sería culpable, del dolor, la costumbre y lo único que conozco de la vida. Si fuera por mí, "para siempre", sería algo propio. Si fuese por mí, "para toda la vida", no se escondiera en unos cuentos de fantasía. Si acaso fuese culpable, mi cruz sería, nacer.