Tú

Tú, que ya no estás, que ya no existes en la almohada vecina de mi cama, que ya no dejas las sábanas revueltas como cuando trepabas a mis brazos, tú que ya no mojas los labios de mi boca, tú que tienes los dedos fríos con sabor a distancia, tú que ya jamás me enamoras con esa mirada de ojos color café, tú qué ya no despeinas mas tu pelo corto cuando cabalgas en mi cima, tú que me dejaste quieto, que te llevaste mis manos a buscar sombras en mi lecho desierto, tú que ya no tienes sobras de cariño con las que me alimentabas. Tú en todas partes; aquí y allá, a las cuatro y a las diez, en la mañana madrugada o tarde. Tú que no sabes de lo que fuiste en mi segundo de vida, tú que ya no tienes manos para tocarme, ni besos para curarme las heridas que me dejó el tiempo. Tú que haces alarde de ser la autora de mis peores sufrimientos. Tú que eres leña que ya no arde, viento que rompe todas las cercas donde se encerró mi destino y lo liberas a vagar por lugares a los que nunca llega.
Tú la que tiene mis amores presos, la que se fue sin un hasta luego.
Tú la dueña de mi soledad que te acompaña, tú, siempre tú. Así sin decir más nada.

Extracto de
"Amor de un viejo"
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Ciudad de México a 02/10/2023.
Falstaff