Bolsillos rotos.

A propósito y en plena decadencia mía. Te haz marchado.
Y desde entonces, asomándome a la dulzura de vez en cuando; le robo pequeñas migajas de recuerdos felices, y los atesoro, los ordeno con marcada calma y les voy grabando tu nombre, en otros grabo tu cara, más allá los cubro con pequeños besos de amor. Les voy echando palabras que construyo específicamente para ti, para el talle de tu falda, para los pasos pequeños que siempre das y me detienen en mi prisa, para tus ojos pequeños, casi obscuros detrás de tus gafas, para tus uñas artificiosamente largas y un sin fin de cosas que siempre te traen a mi.
También te cuento, cuentos ridículos donde soy tu príncipe ( no de color azul pues he comprobado que luzco ridículamente con el tono), y de castillos que solo dominan esa cama que también te extraña y siempre está fría. Muy frecuentemente los ato con la esperanza de algún día; entregarlos a escondidas a tu mano, cuando va acariciando el viento.
Me cercioro de que estás ausente y en un descuido tuyo, los oculto entre las cosas que siempre guardas de prisa.
Es una costumbre mía, loca, de amarte entre paréntesis.
Olvidando como siempre que en cosas de nuestro amor; usas los bolsillos rotos.
Extracto de "Amor de un viejo"
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Ciudad de México a 08/10/2023.
Falstaff.