Mientras la poesía se edita.

poema de D.G. Falls

No has conocido el secreto de la muerte,
Ni la virtud de la vida.
No has bailado con el viento, ni besado a la noche, ni abrazado a la soledad.
¿Cómo puedes entonces amarme de verdad?
Sí te falta llenar el vacío de la superficialidad,
Con el don de la creatividad.
Júzgame por cada pecado que una vez cometí antes incluso de nacer,
Porque sin duda alguna los voy a cometer,
Y pídeme que bese la existencia con una de mis poesías.
Porque no hay más dioses en esta hoja que yo, que sostengo el tintero de la causalidad.
Porque para cuando toques la desdicha y puedas sujetar al amor con el alma,
Tendrás ya mucho papel y tan poca tinta,
Que no te alcanzará el brazo para siquiera acercarte al verso
Que pueda desdibujar la realidad de tus sentimientos expuestos.
Porque no tendrás mente que pueda mover tus miembros, ni aliento que alimente tus músculos,
Así como yo que no he escrito nada que me guste realmente.
Porque he respirado tanto el aliento del tiempo, que comienzo a envenenarme los pulmones,
Porque el salitre y el humo del mar surcan hasta los bosques,
Y el siervo con sus cuernos embellece el musgo, junto a la cucaracha que nos
Demuestra la amena forma del roedor.
Porque la función de la obra del mundo se desarrolla con cada letra
De mi puño, así como con cada letra del tuyo.
Así que existe una vez más sobre el lienzo del universo,
Y acaríciame como aquella vez,
Donde fui Adán y me sedujiste con el fruto,
Porque lo bello no puede ser malévolo,
Y tú no podías ser mía,
Pero arrancaste la fruta,
Y le diste a la obra un preludio
Porque sí la música que resuena en mis manos
No fuese cruel,
¿Cómo podría ser música de fondo?
Camina por el cielo nocturno dentro del letargo de la mente,
Mientras rasgadas las nubes, la luna inefable acaricia a Nox con su luz.
¿Ves ahora la mentira?
¿Ves ahora la verdad?
Caen como pétalos del narciso marchito,
Del girasol naranja,
De la rosa rolliza,
Del diente de león.
Usa tu perfume italiano,
talla en la cabecera de la cama nuestras crónicas,
Pídeme que recite un mito,
Abre el baúl y pinta esos viejos folletos con la pintura de tu saliva.
Luego dámela a beber,
Así las lagrimas que la gente llama rocío de las hojas,
Caen del ojo perpetuo del árbol,
Al tiempo que yo te quito los gestos con besos,
Y el corazón con mi deseo.
Así pues,
Cenaremos nuestros cuerpos con el dogma sexual,
Mientras el Dios de carne nos perdona los actos,
Y miramos las estrellas agraciados por el sudor.
Veremos en la hierba como se nos escapa la vida,
Y se acumula en otro cuerpo,
Más pequeño, más frágil y ruidoso,
Pero que nutrirá la gran obra,
Esa maquinaría de engranajes individuales con tinta que pinta lienzos universales,
Hasta que conozca el amor,
Y la agonía lo clone en otro cuerpo,
Mucho más diminuto y joven,
Que embellezca al ciervo, y este a su vez al musgo, y este a su vez
A la cucaracha y ella haga lo propio con el roedor.
Mientras la poesía se edita y la música deleite al lector.

Comentarios & Opiniones

La Dama Azul

Caballero, vos abriendo el espacio por donde se observa en forma introspectiva a la arcilla sobre el altar de mármol. donde vos ha sido gestado. Grata obra la vuestra.

Reciba cordiales saludos.

Critica: 
D.G. Falls

Gracias, Gaby. Un abrazo fuerte mi querida poetisa.

Critica: 
Xio

Mientras exista poesía y música el amor nunca morirá; preciosa obra mi querido Drex, siempre encantada con tu bello talento, abrazos sinceros, feliz noche en la distancia.

Critica: 
D.G. Falls

Xio siempre tan generosa con mi trabajo, soy sólo una pequeña vela en un universo de artistas que brillan como estrellas preciosas. Saludos, mi querida amiga. Un fuerte abrazo.

Critica: