Naufragio mental

Caía la noche sin comprenderme.
Me sabía a agua de marzo la lluvia.
El ruido de la locomotora sobre los rieles
era trepidante y sordo, repetitivo,
como el tiempo mismo.

Meditando sobre las copas de los árboles,
aspirando el hielo de las hojas grises,
revolcando la piel entre los matorrales bajo la lluvia
como un animal hastiado de no saber escuchar al silencio.
Que llora, triste muy triste, como quien ya no siente nada.

Así, de todas esas formas, serví mi rompecabezas
debajo de un rascacielos de paredes encanecidas.
Taciturno. Hecho tumba. Un necio intentándolo de nuevo.
Y seguía sin saber qué tan solo estaba
cobijado por la sombra de un mundo sin luz.

De la forma de un alma en pena
que vive anclada al vacío
escogí mis dedos
para sentir el piano de la inmensidad.

Entonces se abrieron las puertas de la existencia plena.
La sed se me hizo febril, la locomotora siguió su curso.
Mas arriba el cielo seguía sin comprenderme.

Comentarios & Opiniones

Mac1965

Un gusto leerte. Saludos cordiales

Critica: 
Silvia

Un placer leerte,saludos.

Critica: 
María del Rocío

Buenísima escritura todo gusto!

Critica: 
Gabriel C. Márquez

Un gusto leer sus comentarios.¡Gracias!

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