La conquista de mis Alpes dormidos

Tu boca tiembla con los sonidos de mi lengua
desguarnecida del roce de mi aliento.
La pasión despierta la luna
y zarpa la luz hacia tus muslos de ondas azules.
Se desnuda mi frente al levantar la mirada;
la música de la oscuridad desabrocha tu pecho
y a mis pies fluye la delicia de sentir
tu presencia a un paso de la rosa velada
que se alza sobre mi vientre.
Tus manos detienen la lluvia y un renacer
de mariposas andaluzas vuelan de tus venas,
yo las beso junto a tu respiro, atrapo sus alas
y cubro tu piel.
Se disipa tu mirada chispeante de voluptuosidad;
quieta cuentas los sortilegios de las estrellas
y sonríes abriendo un cántaro de caricias
para iniciar de nuevo la conquista de mis Alpes dormidos.