¿QUÉ APORTAS TÚ?

Esta noche de sabores caribeños
de calles ahuecadas de proxenetas,
siento el cansancio
de una vida carnavalesca,
con hombres de miradas complexas,
políticos preñados de mentiras
pretendiendo ser adalides con los bolsillos
repletos de petróleo, aspirando ser vitalicios
en la memoria de los pueblos.
Me marcho con Charles Bukowski,
a emborrachar la sensatez
para no rozar esta realidad
que cada día convierte al mundo
en un inmenso inodoro.
Cuando se me antoja, escuchar los discursos
de Golda Meir me provoca
que esta selva de concreto
retorne a sus orígenes matriarcales,
ver cuánta diplomacia se mantendría
en pie y cuanta hipocresía
afloraría de cada apretón de manos.
Cada quien construye sus veredas,
se hace un traje a la medida
y finge ser entusiasta con la procesión
que carga sobre sus hombros.
Qué sería más falso
un Talibán convertido en gigolo,
o una canción que a gritos pide
desaparecer el hambre en Somalia.
Hasta cuando las sociedades
se hacen cómplices de los desbarajustes
morales, ideológicos y de la manipulación
de los dogmas que no terminan por sincerarse.
Los jóvenes acaban drogándose
en una rebeldía que enriquece el mercado
de los polvos fantasmagóricos
y ¿Qué aportas tú?
mientras te robotizan los medios
y las varices explotan tus piernas
por el cansancio de ignorar
lo que no consideras de tus intereses.
Mejor me marcho al club de los lunáticos.

Yaneth Hernández
Venezuela.
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