A San Dionisos

¡Salve, procaz dispensador,
la sangre de las vides tú respiras,
patriarca de un Clan acogedor
y Príncipe en tu corte hermafrodita!
Naxos, Niza, Citerón ayer,
hoy la tierra catalana que bien amo
bendícente; que quien pudo nacer
dos veces, mil más merece ser loado.
Aprendiz de trovador, sí, y sacerdote
a modo de Sileno, sátiro o bacante
quisiera ser, sin que la voz se engole
ni sacie su sed mi musa extravagante.
Hijo del más Grande -¡pobre Semele!-,
gustaste la acritud de la codicia;
con tu panteras, tigres y laureles
sorbo a sorbo, te reías entre ninfas.
Dame a probar de tu mano, ¡exígelos!
miel de Ida y ambrosía, y tu vino santo.
Así dormiré en los Campos Elíseos
paganas siestas atenienses de borracho.
Y ya nadie esta palabra santa
con rictus bárbaro o severo diga:
entre asfódelos lloraría Ariadna;
del insensato, Dionisos burla haría.
Comentarios & Opiniones
Su poesía es regia! Más que deleite leerla...poeta enhorabuena!
Gran placer la lectura, saludos.
Mi respeto junto a mis saludos y amistad le envío: Agradable escrito, culto, mitología clásica, tierno, efectivo y suave, cristalino, de nobles ideales y sentimientos. Agradable leerlo. Siga publicando. Seguiré sus letras con gusto.
Preciosa poesía, un placer leerla. Saludos