AL COMIENZO

Te ofrecí una firme mirada en busca de una reacción, busque entre tantas maneras la forma de empezar el estímulo para que me respondieras, y dijiste que no, estabas seria con la frente en alto, tu cabello recogido con una moña para un lado, esos hilos como te caían en tu pecho, hilos negros y ondulados se mezclaban en tu blusa, no tenían orden, eran libres de juntarse o separarse, no había viento, era de noche y me decías que no, ni me mirabas y hablabas con mucha posición, yo, yo no me rendía, era precavido pero para nada sigiloso, jugaba con las palabras que entraran por tu cabello, algunas muertas en la blusa, otras que recorran tu cuerpo, que te estremezca, te ponga en duda, te excite, te frenes y me mires, eso quería, caminabas rápido de una lado para otro, me evadías porque sabias que podías querer, conmigo no caes, conmigo quieres, porque ser tan trágicos y decir que caes, yo te lo dije, conmigo quieres, así de simple, y los sospechabas, te alzabas la quijada, jugabas con tus labios dando leves sonrisas hacia el mundo, una que otra iba para mí, tus respuestas tan difundidas en la tensión de una charla para dos entre varios.
Dijiste que tenías que irte, solo los dijiste y tomaste acción, volteaste el cuerpo y abandonabas el pasillo, caminabas de afán y con sonrisa total, nunca me hablaste en todo el día, nueva en el grupo, hablando un poco de tus cosas, y sabias que un chico de los nuevos ya se sentía atraído por ti, evadiste tal distracción, y de curioso me fui detrás, tome el ritmo de tu paso, me miraste como si nada, seguiste hacia la estación de las aguas, era de noche y las luces amarillas hacían bailar nuestras sombras, te toque el cuerpo, botaste la mirada seca y seria, toque tu muñeca y miraste con amenaza, te diste cuenta lo arriesgado que puedo ser, me miraste unos 4 segundos y te soltaste de una manera leve, no buscaba que siguieras la mano, buscaba que siguieras caminando con tal no me echaras, ya casi llegando a la plaza de los periodistas un mal cálculo de espacios nos hizo enredar, chocamos algo fuerte, pero no demasiado para no alarmarse, aproveche el accidente y te cogí la cintura, me miraste de nuevo, alzaste la frente, miraste al estación las Aguas de lejos y reíste, yo reí seguido de vos, la risa se hizo más fuerte, te agachaste de la risa mientras yo caminaba atrás de costumbre cuando rio demasiado, ya me mirabas sin miedo a querer, y seguías riendo, ya parados con la sombra muerta, buscaste mi mano activando la respuesta, nos dimos cuenta que entre ambos algo iba pasar.