A los cortos fuegos rojos

poema de Ella

Entre los extremos de la sensación,
se mueve el viento de enero,
dibuja flores muertas,
el cántico fúnebre de febrero.

Quédate así, congelada...
que no morirás del frío
sino del calor pasajero.

No hay ni historia
Ni adiós,
Tras los cortos fuegos rojos,
No hay calma ni euforia,

sin que caigan copos de nieve
desde el balcón de mis ojos.