SIN PIEDAD
poema de victoria liberona alvear
Se fue dejando, que el río subiera y ahogara las penas de ese amor frugal
ella se volvio pequeña fina de ceramica del dolor quebradiza
el un cobarde sin nombre detrás dejo su huella, mala hierva
el sino hizo del niño, no arrastrara con el mal.
Uno a uno devorado, fue el destino fatal, regreso herido con mil quejas
no levanto la mano, no dejo el viento la verdad en su cara
era presa fácil del castigo, la razón no ayuda
muere del remordimiento, de ver su cara como en un espejo.
Hijo de malas costumbres los rayos le huyen dicen que el trueno calla
el grito del castigo de aquel hijo
que no fue suyo y hoy le lava las heridas
pues su alma es el alma de su madre.
Victoria Liberoa Alvear.