EL SILENCIO DE VICENTE

Es un trinar de aves,
trova de sonidos angelicales.
Sé cuando despiertas pues cantas
y tu voz sin palabras, me lleva el alma.

Amado a Dios le pido escucharte una palabra,
así me marchó tranquila.
Tus manitas son palomas, tu ojos, son dos ciruelas,
tu boca es un arroyo de callada transparencia.

Mi niño, mi dulce ángel, eres regalo divino,
nadie deja de amarte.
Eres mi vida entera, manantial de alegría
de esta qué es tu abuela.

Victoria Liberona Alvear.

Comentarios & Opiniones

Yan

Bellos versos cargados de dulzura mi querida amiga. Me encantó. Besos.

Critica: 
Joelfortunato

Bella obra, de gratos e intensos sentimientos, hermosa descripción desde el fondo del alma. Un gusto leerla. Saludos y amistad le envío.

Critica: