Ánimus
poema de Cristal
Dominio
el tacto del musgo bajo mis uñas
y la suavidad del adventicio
que tan del fondo corre
el miedo y lo fortuito.
Cuando las tormentas avanzan,
mis rodillas aclaman
la fuerza de los peces
y la naturaleza que vive y reencarna.
La tierra se abre y ante el abismo
mis piernas todavía siguen firmes
y del pavor nacen las cosquillas
pero mi piel aprendió ya
que ante la carne,
es mejor el alma.