Enemigo siempre presente

¿Papá qué hora es?
Faltan cinco minutos para tu muerte…

Veneno cordial engendro de la sombra de tu nacimiento
asecha a la espalda
acariciando los susurros
lamiendo los latidos
perturbando los sueños
contando los respiros.

Enemigo de veinticuatro armas,
dueño de los cientos de rostros que le hemos ofrecido,
extraño al que le abrieron las puertas de la vida.
Dicen que camina,
pero vuela,
incluso se arrastra cuando la hiel cae sobre las manos.

Cierra los ojos pequeño,
sólo treinta segundos más.

Está detrás de ti,
de tus antepasados
de tus hijos que no han florecido y ya marchitaron.
Es el intruso visible,
deleita su omnipresencia,
baila frente a nuestros ojos con descaro,
sin embargo lo alabamos con engañada pasión.

¡Tu faz me repugna!
odio tus ojos negros o verdes
presuntuosos de sus doce o veinticuatro diamantes.
Da igual con que te adornes
¡siempre tendrás navajas!

Sé que duele mi amor,
pero así no envejecerás.

No me devores…
¿No fueron suficientes reinos y montañas?
No me consumas…
¿No fue suficiente mi niñez?
Sé que deseas mis recuerdos,
ya devoraste cientos.
¿No es suficiente…?
Emperadores y reyes,
postrados a tus pies.
Esclavos y vasallos,
consumidos sin piedad.

El sonido de sus pasos
no importa
las huellas están en la piel.

Descansa tranquilo, hijo mío,
no puede matar lo que no tiene vida.

Comentarios & Opiniones

María Cruz Pérez Moreno -acnamalas-

Felicitaciones por tu interesante escrito, buen hacer, grata lectura. Saludos desde España Victor.

Critica: 
Victor A. H. Segura

Un hermoso saludo desde una hermosa tierra que deseo visitar.

Critica: