Te quiero ver arder

Se me hizo hábito escribirte al final del día, hasta que hace poco, pasé varios días sin dedicarte nada. Las noches se hicieron más cortas y tranquilas, concilié el sueño con convicción y hasta a veces, no reparé siquiera en tu presencia. Ya no hacían faltas tus besos ni caricias después de un largo día, ni tus palabras que hacían todo menos alentar, ya no contabas como constante en mi vida. Me está costando el adiós, no afirmo ni niego que aún me duele.
No sé si será lo último que te escriba, pero prometo no dejar de hacerlo. Escribiré, pero no de ti. Prometo también no olvidar lo lindo, aquello que aprendí en este corto tiempo, me merezco lo mejor y más, porque soy de oro y brillo hasta en el fondo del pozo, y aunque te extrañe, encontraré a alguien más que sepa tratarme y valorarme, porque siempre, estoy yo.
Te amé un mundo, y por eso, estaría encantada viéndote feliz con alguien más, pero ahora no. No por eso te odiaré por siempre, ten por seguro que todo vuelve y pega donde más duele. Mantén la calma, yo no me encargaré de eso. Deseo, desde lo más profundo, que cuando ella sepa lo que tuvimos, llores, que te duela el corazón como a mi me dolió, y ahí verás. Te deseo lo mejor siempre, pero hoy, te quiero ver arder