Del diario de la luna 3
poema de Eusebio García-Gasco

En el bostezo aburrido de un charco
olvidado por los niños en su juego
no hay ya ningún sol en sus manos
sino tan sólo, lágrimas del barro,
toda la vida huyó de sus reflejos.
En el bostezo aburrido de un charco
olvidado por los niños en su juego
no hay ya ningún sol en sus manos
sino tan sólo, lágrimas del barro,
toda la vida huyó de sus reflejos.