Pueblo

Reboso de colores, cargando chamacos, leña, comida,
no es solo la hermosura de sus tejido, a mano o con
maquina, es la esecia de ser pueblereño.

Guarache de cuero, cunatos caminos, cuantos lugares,
cuantas calles, cuantos montes, y ni el sol ni la lluvia
ni siquiera el volcan me los acaban.

Sombrero, los uso Villa, Zapata, Cardenas, y mas lo usamos
en mi pueblo, con orgullo tambien me lo quito cuando
una dama se hacerca.

Y asi pues, la vida de pueblo es la vida que todos
quisieran vivir.