Sarcomera

poema de San Brendano

La idealización, mi raíz profana
Cuando los cuerpos se entumecen y corroe un humo fétido de un muslo encanecido.
Molusma, porqué está desnuda, es bisexual y su sexo es un regalo estrangulado y su gen, es un rey hermoso que llora por su reventar.
Molusma, al estar desnuda, Melisane que fornicas con todos los hombres.
Oh, Astarte, pálida y ojos azules imitando los bucles de una casa abandonada.
Lesbos, besando a una mujer. Una mujer fría en el eco de la noche donde hago el amor con ella, con una meretriz que ha estado con miles de hombres y es tan hermosa, genio porque es una reina hecha de óvulos, preñada, ante su sexo, su monte de Venus se abre ante sus labios menores y el cornete facial y los pezones, y el pezón y la leche y el esperma en sus muslos y su erótica que lame un prepucio hermoso porqué es de un hombre que fue un santo que se volvió irresponsable, y ahora bebe sus acueductos como un loco, un sabio que se dijo amar cuando en realidad busco en ella, un apetito sexual y en las noches visita su cama para verla tocarse de arriba a abajo, mientras él, se frota sus piernas con adoración.
—(Melissa,— Vamos, hagamos el amor...ji ji, luego, dice: fornicar como amar, amar no es lo mismo que el sexo...)
Pero yo no soy virgen, — dice ella,— he tenido la mala experiencia de haber sido ultrajada por demás y sin embargo; hiervo de sed al oler tu sangre de un genio que desconozco.
Melisanne,— vuelvo a repetir,— No me importa que tanto hiciste en la cama sino fuera de ella, yo te busco y beso tu ombligo y tocó tus senos y mis testículos tocan tu entrada tanto así, que me devengo en tu ser...
Melisanne, soy tuyo y tú, eres mía, Melisanne...
Opiurum...