La Diosa Blanca

poema de San Brendano

Silvestre
Me dicen la pagana de las sombras
La profetisa de los tiempos inmemoriales
En la antigüedad era nombrada
Noux y Psique, son mí nombre

De las sombras de las arenas, asciendo
En las pesadillas de los mortales me asomo
Para deleitarme con la sangre de los muertos
Silvana de los bosques, aparece.

El diabólico ser que me conjuró conoce mí nombre
Soy más vieja que el mismo Dios de los Dioses
Mis ojos son azules y mí piel cadavérica, el cabello negro y las manos blancas.
Tan sigilosa como el mismo despertar de los muertos
Tan vigilante y arpía que los humanos solo ven lo que mí reloj sostiene.
Graves, me describió muy bien: Tuatta de Dannan es mí símil nombre
Triple Diosa ecolica, belicosa, misteriosa, muerta.
Cuervo de Boreas y Ceres, es mí apellido.
En los mundos de los temibles soplos habitó
Tan oscura y perversa como tu misma muerte
No profetises más mí nombre
Aparta la mirada mortal sin ayuno
Me dicen Bram de los cuervos
Azur es mí hechizo
Ievana de los suspiros me dicen
Benedicta, aristócrata, Sierpe
Una culebra buitre que asoma en las casas de los no muertos
Arrastrándome en el féretro de los huesos, recojo la carne podrida de tus vísceras
Pero no me alimento
Jamás me sacio
No fornico
Ni tengo hijos
De los Argonautas quedan los Argoreanos
Simientes de la galaxia cósmica donde peyoro
Sexagesimal, botubulinica
Prepontide, Ataraxia
Mis diábolos son espiritistas
En el conjuro de los hechizos me hallas
La Diosa Blanca habita
En tu oscuridad de las sombras
Tan siniestra cómo el mismo mal que me antecede
Gobernando la materia Oscura de la inmune miseria
Mí sangre me rompe el yugo
El detestable sabor de los vivos me enloquece
Imagínate a la dama loca
Catalcuthie gobernando con Bufones y acróbatas
La desafiadora de Dios, se aparece
Mis ojos azules son turmalina
No te atrevas mortal a desearme
Sentada en mí trono con los ojos cerrados
Los abro solo cuando mí voz de cascadas entumece el aire
Las sombras de las brujas son castas
Mí espiritual ser lo entiende
Loba, comadreja, sirena y pájaro como soy siempre
Hablo con los estúpidos de los Dioses que me preceden.
Jamás muero
No vivo
No ceno
Mi copa en la mano es sangre
Mí boca la tiene
Mis manos enguantadas
Mí vestido azul
Mí boca rosa
Mis oyuelos rosas
Mí piel pálida
Soy la muerte en persona
Tente a Jesús en el huerto del Eden
El cruzó el círculo
Yo, era un toro blanco
Una lechuza que devoro su cuerpo
Un águila profetisa que le dio un cadáver en su cruz
Los cuervos son mis aliados
Gorgona de los cielos majestuosos donde la aspid Bridgette vive
Una vieja, una zorra, una gripe anciana en el oráculo de la Zarza me hayas
Pitis Sophia la alquimista
Conjuraos sombríos miedos
Que enloquecen al vivo
Mis ojos desafían y son hielo
Azules como el río que no se refleja dos veces para repetir la misma frase
Misterio
Estuve en el bautismo de Buda
En el nacer de Jesús
En la prueba de Moisés
Y como con los Cananitas
Devore a Poseidón
Bebí de Almagesto
Hablé con Diógenes
Y recogí a Athena
En la puesta de sol de Apolo
Pero Boreas sabe que Bucéfalo y Morfeo son sombríos
Porqué Nix conoce a Leucotea
Y Hera es una esfera de brillo
Y Gea es una tierra danzante donde hablo con las animas de los que no llegan al cielo
No soy rubia
No te confundas
Mí pelo es la sombra de la noche y tiene serpientes en su enredadera
Y Yave, conoce mí nombre me llamaban Aserah
Señora de los petridos bosquecillos
Amante de los sueños crueles
Donde uno no habla
Psique alumbra
Para temer en tu entierro
Para dormir en tu asesinato
Para chupar tu sangre
Y bañarme en tus vísceras
Ahogate en el pantano de la Diosa madre
La espiritista ...

Comentarios & Opiniones

Silvia

Letras que hacen soñar con esa princesa y vivir este cuento! Un abrazo y beso.

Critica: