Almagesta

poema de San Brendano

—Tú y yo—
Domina Silvestre
En los campos eslavos
En la ajena vela del barco Celta
Una muñeca de porcelana maltrecha se oculta detrás de su triángulo
Su cara es esfenoidal.
Dime, Pía. ¿Qué Dioses y no Dioses, han bajado a la cubierta del océano?
Más vale unir las cuerdas que ahogan mí cuello en cada vibrante sonido de muerte.
Vengo de una época legendaria donde los valientes eran Samurais, vengo de mucho antes de la materia oscura, de un lugar impermeable, de una roca solida, del fondo del caos gravido que impide a las mujeres llorar de emoción...