Pero che ¡esto no tiene sentido!

poema de Severino

Oh, obsidiana preciosa mia,
musa de todos mis pensamientos más recónditos, más privados,
pedazo de carne vivo por el impulso eléctrico que confiere su magnitud de su rey, el verboide.

Reina reinarás en la oscura y fría noche de insomnio crónico con pensamientos y acciones de la humanidad y la verdad que no puedo repetir.

Quiero llenarte de delirios de grandeza incesante, busquemos una búsqueda donde encontremos encuentros líricos y sorprendemos con la eficacia de las rocas que caen en picada sobre el mar Báltico donde nada desnudo Baltazar.