Ajeno

¿Es prudente ser indiferente?
Me pregunto en voz casi vacía mientras veo mi reflejo en ese espejo de la habitación de hotel.

Salgo a la calle, los pensamientos pesados como rocas antiguas vienen a mi, esos malditos pensamientos, que se pelean entré ellos, perdonan, guardan rencor, tienen miedo y son valientes. Falta la chispa.

Entro de nuevo en esa reunión, pero solo observo como si fuera un espectáculo teatral,cada uno con su papel bien definido.

Intento ser todo pero no soy nada.

¿Quién me espera?