Reliquias de una muerte no deseada

RELIQUIAS DE UNA MUERTE NO DESEADA

Escribí en horas muertas las inciertas realidades que imaginé
Estando en la nada, hablando con mi libreta.
Mientras más pasa el tiempo más siento el averno
Pero estoy en un punto donde me siento tan despierto
Que en las noches cuando duermo siento que me mira.
No sé quién es, ni cómo es, ni de dónde viene
Sólo sé que me acompaña en las madrugadas.
En mis sueños puedo sentirlo, pero no puedo verlo,
Siempre que voy a alcanzarlo me despierto.
A veces trato de quedarme en el sueño y ver en su interior,
Pero luego olvido por qué soñaba.

Ayer volvió a pasar de nuevo y me quedé esperando pacientemente.
No parecía un sueño, ni una pesadilla, esta vez se sintió real.
Sentí que esta vez podía verlo y así calmar la incertidumbre.

En un abrir y cerrar de ojos ya no me encontraba en mi habitación,
Me encontraba allí solo en ese lugar y no sentí miedo en el instante,
No podía reconocer donde estaba porque había una inmensa luz que me iluminaba
Y no podía ver más allá aunque quisiera.
En poco tiempo sentí ansiedad y una brisa tormentosa me abrigaba de frío.
Quise moverme, pero no pude porque sentía una soga alrededor de mi cuerpo, pero no había nada, sólo podía mover mis ojos.
Me sentía absolutamente perdido y una voz detrás de mí se reía,
Pero hasta ahí no entendía lo que pasaba ni por qué estaba en ese lugar, era muy extraño.
En ese momento sentí mucho miedo, no quería estar ahí.
Lloraba por dentro y sentía mucho dolor.
Pero no era un dolor físico,
Era un dolor interno, un dolor intenso, un dolor interminable.

Quería pedir ayuda pero no podía hablar,
Sólo el silencio acompañaba mi sufrimiento y me llené de tristeza,
Me llené de resignación y no entendía por qué.

Luego de un tiempo sentí calor, mucho calor,
Y por debajo de mis pies brotaba fuego, un fuego negro.
Quería arrepentirme por cada pecado, por cada error cometido. Había en mí un enorme sentimiento de culpa; ahí mismo con un breve suspiro, sentí que la muerte me abrazaba.
Quería ver a mi madre, a mi padre porque me sentía muerto.
Quería suponer que era un sueño y que tarde o temprano despertaría pero no se sentía así.

La voz dejó de reír
Y escuché unos pasos largos en el interior del lugar.
Caminaba hacia mí y cerré los ojos porque no quería verlo, me moría del miedo.
Y lo sentí enfrente, tan cerca que podía sentir su respiración, pero no me hablaba sólo me miraba, yo sabía que me miraba.
No pude contener las ganas y abrí los ojos,
Y lo vi
Se trataba de mí.

Comentarios & Opiniones

Silvia

Sebastián! Cuando otro ser espía algo de esa libreta,es realmente enriquecedor y pleno.
Gracias por tus letras. Saludos cordiales y beso.

Critica: 
Xio

Dios mio!!! Sebas, me has dejado petrificada, ahí en la incertidumbre, esperando que alguien desconocido, fiero, salvaje; el Diablo te atrapase y te llevara con él y para sorpresa eras tu que habías escapado de tu cuerpo, genial obra, abrazos amigo.

Critica: 
LOCO

Encantador y misterioso escrito

Critica: