Aquél Añejo Cajón

poema de Argento Lynch

En un vacío rincón de mí,
resguardo el añejo cajón
de sueños inconclusos que
dejé.
En él, atesoro al antigüo
yo, más por fatalidad que
deseo. Encerrado en aquél
oscuro cajón, bajo cuatro
candados y cuatro llaves.
Todavía estoy en el auge de
mi juventud, con estos 22,
lo sé... mas el rigor mortis
fatal que nos mata, vendrá
pronto por mí; por ti, por
los dos.
Y aquella muerte que se
anuncia es el fin de los
tiempos, que parece no
llegar e instaurado está.
En aquél añejo cajón con
sus cuatro candados y sus
cuatro llaves, descansa el
último ápice de nuestra
perdida humanidad.

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