Redención

Con el cansancio de las flores, ostentando perfume, belleza
Con el cansancio de las nubes de estar moviéndose, estáticas, así estoy y estaré esperando al acecho.
Cualquier fiera pasando, sirve para deshacerme en mil lágrimas fingidas de orgasmos fantasiosos.
Con exabrupto, escarnio son suficientes, ensimismándome, dejando pasar la vida entre un pitillo, cenicienta, maltrecha, agotada de lentejuelas abofeteadas, miserablemente humanas.

Con el cansancio de mil siglos me adorno, perfumando los errores, bajezas del cuerpo codiciado por miles.
Con el cansancio de mil sueños divirtiéndome, sufriendo
Resisto, lloro, rio, resplandezco, apagada, brindando, ultrajando lo prohibido
Los ojos alegres tornándose tristes en el instante imprevisto, fortuito.

Las máscaras relucen, tornándose grises, opacas, negras
Figuras aparecen, fantasmagóricas, excelsas prometiendo todo y nada
Adonde fuiste, acaso te quedaste en las olas que baten la tempestad del sexo adolorido
Mirada cansina adormeciendo figuras, de la vida, hombre entristecido.

La serpiente ha trepado, enseñoreándose, victoria a cambio de vacío, de pensar y no pensar en que fue y no será.
Sauce, deshojándose, queda todo, queda nada, savia fluyendo, extremidades descompuestas, putrefactas
En el olvido, desmemoria, carrusel de fantasías, certidumbre, algún día seré mucho, seré nada.