Los sobres y los nueve mundos conocidos (cuentos infantiles)

Y así se enviaron desde la tierra del lápiz y el papel una remesa de sobres con los nueve mundos conocidos.

El sobre blanco contenía el mundo constructor. Disponía de los elementos primarios necesarios para la creación de los restantes mundos cuando todavía no eran mundos.

Entonces desde las antípodas del globo, principiaron los mundos del clima:

El sobre rojo como un petirrojo, contenía al mundo abrasador del sur. Lo formaban remolinos de calima y pájaros volando sobre molinos. Apareció el primer día de verano.

El sobre azul al trasluz, contenía el mundo helado del norte. Hacía tanto frío como en una nevera. Lo formaban gotas de agua y lluvia congeladas. Apareció el primer día de invierno.

Luego aparecieron los mundos líricos:

El sobre naranja, albergaba el mundo del verso y la palabra sobre cáscaras de mandarina. Apareció un día en el que un hipopótamo vomitó una gigantesca sopa de letras. Su misión era la de hospedar palabras y que todos los mundos pudieran entenderse.

El sobre rosa, con capa y esposa, abarcaba el mundo de la música. Apareció un día en el que las notas decidieron hacerse públicas en un pentagrama, para poder ser interpretadas sin desafines.

Después aparecieron los mundos fraternales:

El sobre marrón, adornado con virutas de limón, contenía el mundo de la solidaridad. Apareció un día en el que una niña adquirió en un puesto ambulante un algodón de azúcar, chocolate caliente y almendras garrapiñadas. Su deseo era repartir la viandas, para que ningún mundo pasara hambre.

El sobre amarillo, corre que te pillo, portaba el mundo floral del conocimiento y los inventos. Apareció un día en el que una manzana de caramelo quiso enviar un mensaje muy lejano. Entonces, las lindas abejas organizaron con maestría el arte de la cartería, para que ninguno de los mundos quedase incomunicado.

Y por último aparecieron los mundos espirituales:

El sobre negro con trocitos de carbón de anís, encerraba el mundo de la magia. Este mundo daba un poco de miedo, pero tampoco era para tanto. Apareció un día en el que a una bruja se le pinchó una rueda de su bicicleta.

El sobre verde, con hojitas de laurel y menta, contenía el mundo de la imaginación y la esperanza. Apareció por este orden, hace mucho tiempo, tanto que algunos pensaron que este mundo se había extinguido. Resulta que se escondió un rato largo, suficiente para que los dinosaurios y los ovillos de lana pudieran jugar a gusto, lejos de miradas indiscretas.

Después llegaron más sobres, que dieron lugar a otros mundos desconocidos, pero esos los dejo para que los abra tu imaginación.

© 2022 Juan Manuel Samaniego OcaÑa - Cuentos infantiles. "Los sobres y los nueve mundos conocidos"
Todos los derechos reservados.

Comentarios & Opiniones

Xio

Haces gala de la imaginación para el deleite de los más pequeñitos que de por sí encierran un mundo de fantasías en su inocente cabecita, que bella pluma y enfoque, hacia los niños, los únicos merecedores de todo el cariño, el afecto y más...abrazos.

Critica: 
Juan Manuel Samaniego OcaÑa

Muchas gracias mi buena amiga. Siempre aprecias de forma muy delicada mis relatos. Efectivamente escribir para niños me encanta. Traspasar la realidad y poder dar vida a personajes imaginarios es muy reconfortante y divertido. Un abrazo muy fuerte.

Critica: 

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