Mis Musas

¿Cómo puedes escribir un verso cuando tu musa ya no está?
he oído preguntar más de una vez a tantas personas.
Mi respuesta seria, simplemente que me gusta apreciar
cada momento y no solo cuando mi corazón se emociona.
Mi musa es la luz, pero también la oscuridad.
Mi musa es la tristeza, pero también la felicidad.
Mi musa es la compañía, pero también la soledad.
Mi musa es una persona que irónicamente conmigo no está.
Así que, ¿Cómo puedo inspirarme?
La distancia no sirve como cadena para este corazón errante.
Aunque no pueda tocarle, ni ella haga el esfuerzo de hablarme
sigo sintiendo la presencia de las caricias de antes.
Que en ciertos momentos he querido borrar
pero es una tinta que de mi cuerpo no consigo quitar.
Quizás, porque en lo más profundo de mi ser, no es lo que deseo
mi corazón es ese vagabundo al que todos miran feo.
¿Por su apariencia?, ¿por no pensar ni sentir lo mismo?
¿Por no vivir en un mundo cínico con falta de realismo?
ya que muchos aseguran que yo soy el poco cuerdo
yo concuerdo sabiendo que ellos acechan como los cuervos.
Esperando… para desgarrar mi cabeza,
sacar mis ojos y con ellos observar la verdadera belleza.
Usar mi cerebro “poco cuerdo” como antes lo llamaron,
para conocer el final de los poemas que nunca se contaron.