UN CLAVEL Y UNA ILUSIÓN

N CAVEL Y UNA ILUSION
Categoría(s): fantasía.
Se encontraron en el lugar de siempre, el ciber_cafe, donde se conocieron. Ella llevaba en sus manos un ramo de ilusiones y un clavel rojo intenso, como su amor por aquel hombre que con ansias la esperaba, venía del doctor, y no sabía cómo darle la noticia.

Él la abrazó fuertemente y la beso, no la dejó pronunciar palabra alguna, y comenzó el diálogo:

_Recuerdas, aquí nos conocimos tú buscando llenar tu soledad, y yo, bueno quería encontrar mi otra mitad, hasta que te ví y supe enseguida que eras la mujer, con quien estaría el resto de mi vida.

Ella contestó:

_Amor mira lo que tengo aquí, la llave de la casa de mi tía me la dejó para que se la cuide hasta mañana en la tarde, que te parece si nos vamos, necesitamos estar solos y converzar.

_Sí, olvidaba decirte algo muy importante, me fue bien en el civil, tengo la hora, nos casaremos la semana entrante y será en tu casa, te gusta la idea mi princesa?

_Si... por... supuesto, ¿vamos?

Al llegar a la casa de su tía, ella entró al baño, quería llorar, quería reír, eran muchas cosas juntas no podía controlar sus emociones, de una cosa estaba segura y era de su amor por aquel hombre, que la había hecho renacer.

Le daría el mejor regalo que se puede dar a un hombre, sí lo haría, y este era el momento.

Tomó una botella de Champaña la abrió, y la llevó al cuarto.

Él preguntó, _¿Pasa algo?

a lo cual ella contestó :

_Si pasa que te quiero hacer un regalo.

¡Ah si! ¿y que sería? mmm, me encantan los regalos.

_Espera aquí, voy y vuelvo.

Rato después ella volvió, se había puesto un camisón de raso, color rojo italiano, precioso, él muy sorprendido exclamó:

_¡Estoy sin palabras, no sé que decir!

¿sabes lo que estás haciendo?

_Si, nunca había estado más segura, no puedo esperar más, te amo demaciado, ¡ven! ...

...Fue así como consumaron su amor, no había límites de tiempo ni espacio se fundieron en un sólo cuerpo, se entregaron al amor.

A la mañana siguiente, cuando él despertó, encontró en el velador, las flores que ella traía en sus manos, estaban junto al camisón y había también una carta, él pensó que serìa una carta de amor, y aunque en parte era cierto, la tomó entre sus manos, se volvió a la cama y comenzó a leer:

Amor, como te habrás dado cuenta te regalé mi vida, todo lo que tenía, jamás hombre alguno me había tocado, esperé por tí tantos años, que no pude seguir, el tiempo, mi tiempo llegó. El camisón te lo dejo para que me recuerdes, y las flores, bueno son las que me gustan, cuando me vuelvas a ver, llévalas contigo, será señal de tu amor y cariño.

Quiero decirte que no me costó mucho decidir que hacer, cuando mi médico me dió la noticia:

"Esperanza, usted tiene un cáncer terminal".

Fue como un balde de agua fría y así actué, fríamente.

_Doctor, ¿cuánto tiempo me queda?

_¡Lo lamento tanto! sólo tiene 24 horas.

Es por eso que compré las flores, conseguí las llaves, compré el camisón e hicimos el amor. Menos mal que tus besos taparon mi boca y no lo dije antes, creo que fué mejor así, sin prejuicios, sin temores, te amé como a nadie en el mundo, y te entregué mi amor completo, ese es mi regalo para el hombre que me hizo la mujer más felíz del mundo.

Ahora no quiero que llores, no sufras, el tiempo para mi ha terminado, pero el tuyo continúa, sigue buscando, algún día encontrarás la mujer de tu vida.

Adios tu eterna enamorada.

Esperanza

Alberto, tomó entre sus manos la carta la puso en su pecho, sus ojos parecían un caudal, sentía que perdía la razón, creía estar soñando.

Por Dios que sea un sueño.

Estalló en gemidos que salían del alma.

¿Porqué cuando había encontrado al amor de su vida, la pierde en un día?

No tenía explicación alguna.

Buscó entre sus cosas y encontró una dirección, se dirigió hasta ese lugar, sus ojos enrojecidos por tanto llanto, le daban un aspecto de loco, y sus ropas a medio vestir, daban mucha desconfianza. Tocó el timbre y salió una señora de avanzada edad, con cierto aspecto que le parecía familiar.

Señora preguntó:

¿Vive aquí una mujer llamada Esperanza?

La viejita, quedó muda, ¿qué pretendía aquel hombre, asustarla? ¿acaso no sabía?...

_Perdóneme Señor ¿Quién es usted y porqué busca a mi hija?

_Señora le ruego, dígame dónde está, quiero verla, se lo suplico.

_Señor si pudiera no sólo le diría dónde, si no, estaría con ella.

Me parece tan extraño que la busque, ella nunca habló de nadie.

_Perdone señora ¿de cuándo que no la ve?

_¿Mi hija Señor? mi hija, hace cuatro años que falleció, aquí está su foto la última que se sacó. Se compró ese camisón rojo y las flores que tanto le gustaban; fue una noche que hicieron una fiesta en pijama junto a sus amigas, se vé hermosa ¿verdad?

Él, estaba perplejo, sin palabras, luego volvió a preguntar.

_¿Y de qué murió?, si se puede saber.

Fué un cáncer terminal murió en la calle, dijo que buscaría al hombre de su vida antes que terminara el día, la encontré en la posta y estaba muy felíz su cara tenía un color muy especial, no sabría como explicar, y usted, ¿quién es y porqué la busca ahora?

_Bueno, señora no puedo explicar ahora pero, le digo, ella fue la mujer de mi vida, y quisiera, si usted me lo permite visitarla, para compartir un poco más de ella.

_Porsupuesto, los amigos de mi hija son mis amigos, yo estoy tan sola que me hará bien un poco de compañía.

Nos estamos viendo entonces...

Y entre dientes dijo:

_Suegra.