LLÉVAME ADONDE QUIERAS

I
De aquí y allá me llevan alto tus huellas,
del viento impronta, de honda aleve, agreste...
Miro a la mar con sus raras estrellas.
Tú vestigial, indemne, hacia el sudeste.

Miras hacia otro nicho, nido, rito,
que Panamá cantara, quejumbrosa.
De aquí y de allá quebrado y ágil grito,
mientras más me duele (tu alma sinuosa).

Tus huellas me perdieron en poniente,
Y tus sombras rotas llenas de ramas,
persistieron manchando mi Occidente.

Oriente cruel de lluvia que arde en llamas,
sin pena ni osario a veces sonrío.
Y de perdidos, siempre... fuimos río.

II
Ya no sé las calles donde vivimos,
los dos tan perdidos sin encontrarnos,
Ya no recuerdo tu risa al mirarnos,
¡Ya no sé Dios ni siquiera qué fuimos!

Tantos recuerdos futuros sin sueños,
tantos alabastros, rezos porteños,
tanta risa tonta, extranjera vid,
¡Vid de amargos recuerdos, convivid

con la desdicha de mis tardas horas!
¡Aquí el camino, corazón que añoras,
allá el espejo roto en mi vergel!

Y ansias del recuerdo sin su canción;
como el sol el vencejo de papel.
Ya no sé…de lunas sin ilusión...

III

Llévame allá donde quieras tormenta
donde ya no me conocen de nombre
donde no me recordarán los hombres,
ni la brisa aciaga al morir la afrenta.

Llévame a blancos precipicios diurnos
donde la llama del olvido crece
y entre negras cornejas languidece.
Llévame pronto en salvajes viburnos,

donde aquel candil se apague veloz,
y donde nadie me sepa o recuerde.
Que mis huesos secos sean mi voz,

y que mientras tarde la hoz corta y muerde,
mi hálito y mi latido azul rendón,
no cesarás viva en mi corazón.

ROGERVAN RUBATTINO ©
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