Lo que no sabemos ver

Por fin había llegando a ese lugar, allí,
donde podría conseguir lo que tanto estaba buscando.
Entre y dije: necesito comprar mas esperanza para mi futuro,
algún caramelo para mis momentos amargos o depresión,
un pack de virtudes para leudar la autoestima,
y otro con valores para sobrevivir en la vida.

Me miro y me dijo: esta bien, viniste al lugar indicado.
Dio media vuelta, revolvió unas cuantas cajas.
Alzó la vista, me miro a los ojos y dijo:
Pues, aquí tienes un espejo,
tú, eres el dueño de tu futuro…y aunque no lo sepas,
sobre tus hombros anida la esperanza para vivir.

Ten, no es un caramelo, pero es un símbolo de amor,
cada vez que lo necesites, solo míralo,
tiene la extraordinaria capacidad,
de inundarte y sanarte con su pasión;
mientras hablaba…me entregaba un crucifijo

Con respecto a la autoestima, te ofrezco…
tres litros de coraje para ahogar tus miedos,
mil palabras bonitas, así escribas poesía,
y dos buenas razones para vivir: tu familia, tus amigos

mm… nos queda solo resolver tu persona para la vida…
te dejo este frasco repleto de humildad,
cuídalo mucho, es muy frágil.
Exaltado respondí: ¿!Que es esto!? ¡no tiene tapa y esta vacío!;
¡Justamente de eso se trata!, me dijo.

Caminamos y corremos nuestra vida, en busca de recetas,
creyendo realmente que sabemos lo que queremos para ser felices…
enceguecidos por el consumo; buscando ofertas para vestir la esencia;
pensando que la solución, se nos esconde afuera.
Pero a veces…a veces no se precisan ojos para ver,
Y hay veces que no hace falta gastar la fe para creer.