Mi reflejo

Te he visto caminar tan lento,
que hasta un soplo del viento te podría llevar,

Te he visto caminar alicaído,
sin esperanza, olvidado de Dios y sin futuro.
Te he visto vagar ente las sombras,
donde el tiempo te deja sin palabras,
sin voz y sin alas.

Te he visto como nunca pensé,
contrariando a tus sueños,
todo lo opuesto a lo que podrías ser.

He visto morir tus talentos,
enmudecer tu ingenio y como te olvida el mundo de apoco,
te esfumas como polvo en el viento.

Te he visto convertido en un misterio,
en un escudriñador del alma,
como un conocedor de lo bello,
como un hacedor de palabras.

He visto que te sobran las cosas que decir,
y que haces gala de tu silencio,
y en ese amargo saber lo dices todo,
lo dulce y lo complejo.

Te he visto volar con los brazos abiertos,
entre la lluvia sin prisa, respirando libertad.

Te he visto volar con los ojos cerrados imaginándote un camino,
flotando sobre el mar.

Te he visto atravesar el cielo sin retorno,
olvidando tus heridas borrando los recuerdos.

Te he visto mirándote a un espejo
y en tu imagen dolida mi amargo reflejo.

Te he visto entregándote a lo lejos,
a la vida, al tiempo.

Te he visto como nunca imaginé,
desde el alma, de lo que un día fue y no será,
te he visto para verte una vez más, para recordarte,
para entender que quieres descansar.

Te he visto como nunca imaginé,
como un forastero en tierras ajenas,
como un ave de paso que emigra hasta su hogar,
que vuela incomprendida y desdichada,
con alas abiertas al cielo, tan grandes tan amplias.

Te he visto como nunca imaginé,
conozco tu secreto, no eres de este mundo,
eres del aire, del viento,
más mortal que los mortales,
vulnerable de grandes sentimientos.

Te he visto desde aquí quebrantable,
destructible e implacable.

Te he visto convertido en lo sublime,
en lo oculto, te he visto como nunca imaginé,
así hasta hoy, así hasta siempre.